Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena. (M. Gandhi)


Nadie comete un error mayor que aquel que no hace nada porque solo puede hacer un poco. (E. Burke)


Dirán que andas por un camino equivocado si andas por tu camino. (A. Porchia)


En zapatillas de ir por casa

¡Hola a todos!

Esta es mi primera entrada y estoy como una niña con zapatos nuevos.
Ayer me dediqué a crear este espacio que andará volando por ahí. No creo que llegue muy lejos porque no aspiro en absoluto a que estas páginas sean muy visitadas, entre otras cosas porque tampoco creo que puedan aportar o interesarle mucho a nadie, ni lo pretendo.

Así pues, sin pretensiones de ningún tipo, inicio mi andadura personal en este mundo virtual y me convierto en internauta. ¿Quién me lo iba a decir a mi?
Todavía no tengo muy claro porqué estoy aquí. Siempre tan celosa de mi intimidad, compartida solo por aquellos pocos a los que yo llamo “mi gente”. Siempre escribiendo cosas para esconderlas en disimuladas carpetas y romperlas después. Siempre soñando cosas para olvidarme hasta yo misma de casi todo lo soñado.
Cierto es que últimamente ya estoy aprendiendo a no preguntarme el porqué de las cosas. Las cosas son, te pasan, las sientes, las vives... Descubrí la perdida de tiempo que era preguntarse el por qué de las cosas cuando me di cuenta de que, generalmente, me equivocaba en la respuesta y ésta me llegaba sola un poco después, o mucho después, o tal vez, todavía, no ha llegado.
La vida nos lleva y nos trae y es impresionante mirar hacia atrás y darse cuenta de lo impredecible que es. También sé que mis decisiones, muchas veces impulsivas e inconscientes, desvían mi camino hacia un lado o hacia otro.
Y así he llegado hasta aquí, tecleando en este ordenador, sin preguntarme por qué y dejándome llevar.

Ayer le decía a una amiga que esto debe de ser ego puro. De otro modo ¿a santo de qué te inventas una cosa así, donde solo puedes hablar de ti misma, emitir tus propias opiniones y hablar solo de lo que te interesa?
Pues será, no lo sé. ¿Qué más da?

En cualquier caso, debo de tener un ego muy poco exigente porque soy consciente de que entre yo y cualquiera de los que me leáis hay un abismo de muchas cosas alucinantes de las que yo carezco.

Bienvenidos a este rincón donde solo se abrirá la puerta a los que entren con zapatillas de estar por casa y, mejor todavía, con la mantita del sofá.